¡Los ideales nos estafaron! No hay forma alguna de poder merecer el amor, no importa cuanto nos esforcemos, no nos aman por lo que hagamos o dejemos de hacer, recibimos amor sólo por ser quienes somos.
El amor carece de racionalidad, el amor es un sentimiento vivo y en movimiento, hace caso omiso a los intentos y a las propagandas, sencillamente se entrega por cualquier capricho a cualquiera cuando estamos descuidados. Excusas hay miles: qué bonito corazón tiene, es que sentí como mi ser vibraba; pero la realidad es que no hay nada que explique racionalmente el por qué se ama a una persona y no a otra.
No importa lo perfecto que trates ser, no importa cuánto sepas o qué tan fascinante seas, el hecho de merecer amor no depende de tu cultivo personal, sólo depende de cualidades con qué naces, las cuales evidentemente no dependen de ti.
Si el amor es intrínsico a tus características de nacimiento, cabe preguntar, entonces, si existe gente que sencillamente nace con la incapacidad de ser amada. Creo firmemente ser una de estas personas, una de aquellas que se esfuerza, pero no tiene la característica escencial, una de esas personas que se llena de amigos, pues su cariño se debe al mérito, pero nada más. Sencillamente, carezco de la mística de ser amada.
Intenté con mis padres, hice todo lo que rrequerían para que me quisieran, pero evidentemente el hecho dde que naciera era lo suficientemente malo para ellos como para no perdornármelo jamás. De ellos no recibí afecto alguno.
Intenté buscar novio, pero los hombres se van, prefieren aquellas chicas que desean ser rescatadas a alguien que sólo requiere compañía y afecto. Asi que tampoco funciona. Sencillamente por mucho esfuerzo que haga, por mucho que sea capaz de ceder, la falta de racionalidad de los afectos, hace que personas como yo pasen a un segundo plano, sean siempre de aquellas personas que nos acordamos si es que tenemos tiempo.
No es culpa de la gente, no es culpa mía, es sólo que nací con esa carencia y tengo que acostubrarme al hecho de que la gente pisotee mi corazón, porque el afecto momentáneo es lo único que podemos recibir. Tener el corazón siempre abierto, por si es que llegan migajas es mi destino...
No hay comentarios:
Publicar un comentario